TEMPLO PARROQUIAL NUESTRA SEÑORA DEL BUEN SUCESO
4 siglos de historia religiosa en el corazón de El Carrizal
Tuvo su origen en una ermita edificada hacia 1658 para satisfacer las necesidades espirituales de los vecinos, dada la lejanía de la iglesia parroquial, entonces en Agüimes y de la ermita “del Ingenio”. Su construcción y dotación se debió especialmente a la iniciativa del capitán Juan Ambrosio Betancourt con la colaboración de otros hacendados del Carrizal, recibiendo para el culto, ornamentos y mantenimiento, un día de agua, tierras y dinero. En la década de 1690 se reconstruye una parte que se había derrumbado y se termina el campanario. Por 1782 se le añadió una capilla al fondo. Avanzado el siglo XIX presentaba un acusado deterioro por lo que tuvo que ser reconstruida en 1872 la nave actual hasta llegar al crucero. A principios del siglo XX fue ampliada añadiéndose las dos capillas laterales y la mayor, empleándose en su construcción las modernas técnicas del hierro y el hormigón, rematándose con el campanario hacia el año 1927. El hecho de que se construyera en diferentes momentos, se refleja no sólo en el empleo de diferentes técnicas constructivas, sino también en el uso de elementos tomados de diversos estilos (neoclásico, neogótico…), por ello, estilísticamente, resulta un conjunto ecléctico.
Segregada de las Parroquias de Nuestra Señora de Candelaria y San Sebastián con jurisdicción territorial en la zona baja de los municipios de Ingenio y Agüimes, fue elevada a la categoría de Parroquia por auto del Obispo José de Cueto y Díez de la Maza, el 29 de diciembre de 1906, iniciando sus funciones el 27 de enero del año siguiente.
En su interior se guardan varias obras de arte de gran interés, como el retablo mayor, barroco de transición al neoclásico (1784); las imágenes de San Roque y San José, atribuidas al escultor grancanario José Luján Pérez (1793) y la de Nuestra Señora del Buen Suceso, pieza genovesa, traída en 1.792, además de otras imágenes de datación más reciente.